Wednesday, June 15, 2016

Primer Ascenso a un Nevado - 4,900 msnm

Ganando altitud, 4,900 msnm conquistados porque me conquisté a mí misma primero.


¿Qué se imaginan al oír la palabra Nevado? Frío, vientos fuertes, altitud, esfuerzo... nieve. 

Como el sábado 14 de mayo estuve de cumpleaños, decidí regalarme esta maravillosa experiencia viajando al hermano y hermoso país de Colombia, específicamente al Parque Natural Los Nevados. Este parque fue creado en 1974 para proteger los ecosistemas de páramo (pues estaba muy afectado por la ganadería) y la importancia que tienen además los nevados en suministrar agua a municipios enteros y a más de dos millones de personas.

Los nevados de este parque (Del Ruiz, Santa Isabel y Tolima) se están derritiendo debido a la acción del calentamiento global, si desaparecen en su totalidad tendrá esto un gravísimo impacto en el abastecimiento de agua y de ríos. Así que el momento de conocerlos es AHORA.

Antes del viaje, me equipé con lo siguiente:

- Mochila de 60 Litros Jack Wolfskin
- Linterna de cabeza (TIKKA de Petzl)
- Camel Bag o vejiga de hidratación
- Electrolitos Nuun
- Gel Bee Stinger y otros snacks
- Pequeño botiquín con medicinas para el dolor de cabeza
- Guantes gruesos Black Diamond
- Guantes de lana
- Medias de lana Merino
- Bolsa de dormir Green Kazzoo de The North Face resistente a -21 °C
- Ropa de algodón para dormir
- Pantalones de hiking para el primer día
- Pantalones de ski Helly Hansen para el día de cumbre
- Camisa Fast Dry o Dry Fit (de secado rápido - a modo de primera capa)
- Abrigo de plumas sintéticas Kelvinator de Mountain Hardwear (segunda capa)
- Abrigo cortavientos de The North Face (tercera capa)
- Colchón inflable ultralight Klymit
- Brassier de secado rápido Under Armour
- Gorro de Columbia para mantener caliente la cabeza (ni idead el nombre)
- Distance Z-Pole Trekking Poles (bastones) marca Black Diamond
- Gafas de sol polarizadas marca Native


En esta ocasión, me animé a ascender el Nevado Santa Isabel con sus 4,964 metros sobre el nivel del mar (msnm) con la empresa Montañas Colombianas, cuyo guía Sebastián tiene gran conocimiento en aclimatación, alimentación de altura, equipo y técnica, además que nos trató como sus amigos de toda la vida más que como clientes y eso fue lo mágico de la experiencia. El grupo estuvo formado por 8 intrépidos colombianos donde yo era la única panameña (viviendo a nivel del mar) y casi de inmediato se formaron lazos de amistad y compañerismo entre todos, creo que eso es lo que la montaña y la aventura deben crear: todos nos apoyábamos entre risas y cuentos, sobre todo comparando regionalismos y muriéndonos de risa con algunas canciones como ‘‘la chapa’’.


Tomé el vuelo a Pereira el viernes 13 de mayo, sólo duró una hora y media, llegando a medianoche, me hospedé en el hostal Coffee & Travel, el cual recomiendo altamente por su atención y comodidad. Al día siguiente, a las 6 am, nos pasaron recogiendo en un jeep y fue muy divertido ir en la parte de atrás, admirando los paisajes desde los departamentos de Risaralda hasta Caldas, donde nos dirigimos a la finca Potosí a 4,000 msnm. Llegamos y tomamos un delicioso desayuno montañero energético de arroz, huevos, arepa con queso fresco, pan y chocolate caliente. Uff, cómo ayudó a calentar el cuerpo y a dotarlo de nuevas fuerzas.



Caminata de Aclimatación: Laguna del Otún - 3,950 msnm

Empezó la caminata donde realmente no había mucho desnivel, era mayormente plano pero yo tenía un dolor de cabeza punzante debido al cambio súbito de altitud. Luego de caminar unos 5 km, nos detuvimos en el mirador a 4000 m y almorzamos tortillas con aguacate y frijoles además de galletas con la jalea de durazno más rica que he probado. Al llegar a la laguna, las palabras me faltaron, sólo contemplé abstraída este hermoso paraíso, esta tierra altísima, lejana, silenciosa y me dejé llevar por el sonido de las cascadas a mi alrededor, de la laguna y su espejo refractando los páramos, el cielo y las nubes condensándose. Un espectáculo que jamás olvidaré y que me visitará en sueños. Hacía frío pues ya iban a ser las 3:00 de la tarde y emprendimos la marcha de regreso.



De regreso, nos dieron una charla sobre el parque y los demás nevados (Del Ruiz y Tolima) además de la importancia del páramo: un ecosistema esencial. Esa noche, empacamos equipo de glaciar que consiste en crampones (suelas con dientes metálicos para caminar sobre hielo y nieve), casco, arnés para ir todos en cordada (para atar la cuerda con nudos de seguridad) y piolet para apoyarse en el hielo o bastones. Después de tomar un caldito, nos acostamos en colchones y sleeping bags de menos 0 grados, todos en un mismo cuarto para el calorcito y puedo decir que dormí muy bien aunque con dolor de cabeza y náuseas, producto de la altura. 

Al día siguiente era nuestra gran aventura.

Día de Cumbre - Nevado Santa Isabel 

Nos levantamos a la 1 de la mañana, todo estaba listo. Agarramos nuestras mochilas y nos transportamos hasta el punto de inicio a 4,100 m. La madrugada muy fría pero la noche estrellada hizo que me concentrara en el Ahora. Atravesamos páramos y lomas muy empinadas, recuerdo que a los 4,300 m el viento era bastante fuerte y frío, en un momento tuve el pensamiento de ¿y si me devuelvo? Pero gracias al apoyo del Sebastián el guía, de moderar mi paso, respirar profundo y tomar sorbos de agua cada vez, enfocar mi mente en la anhelada cumbre, pensar en mis amigos y familia que anhelaban verme cumplir este reto, decidí no darme por vencida y seguir, ignorando el dolor de cabeza y lo lento de mi andar, además de la dificultad para respirar.

Pensé en muchas cosas: en mis montañas anteriores, lo que sentí en cada una de ellas (Barú, Chirripó y Tajumulco), donde todo eso fue superable, no debía dudar de mí misma sino confiar plenamente en que tenía la capacidad y debía ser más fuerte que nunca. Todos estos pensamientos luchaban con los negativos en mi mente y sin embargo, fue cuestión de tomar la decisión de no rendirme: El camino llega hasta donde tú quieres. Realmente me faltaba sólo una loma empinada y ya casi estaba en el lugar donde el paisaje cambió radicalmente. Rocas inmensas, neblina, aire denso, todo blanco y gris, otro mundo. Cuando al fin llegué al borde del glaciar, no podía creerlo. Automáticamente mis fuerzas aumentaron y estaba más decidida que nunca a subir a la cima; procedimos a ponernos los implementos de glaciar y a escuchar las instrucciones.

Ir en cordada es una experiencia mágica pues ves todo blanco alrededor, las pisadas con crampones deben ser firmes pues había muchas grietas (de un azul fosforescente mágico) y era preciso tener el mayor cuidado. El primero en la cordada marca el ritmo y los demás los seguimos, muy importante es no pisar la cuerda y dejar una distancia prudente entre uno y otro para poder asegurarlo en caso de una caída.

En el glaciar, cruzando grietas  - Fotografía: Alba Marina Suárez
Finalmente CIMA, 4,900 m, una altura a la que jamás había estado, llegué y llegamos a la cima en medio de este limbo de fuerte viento y neblina, todo perfectamente tranquilo, en un lugar del mundo agreste y remoto, en las alturas que tanto me atraen.




Algunas recomendaciones: La altura es difícil, los efectos en cada cuerpo varían. Hay que tomar muchísima agua, a cada rato sin importar si se tiene sed o no y tener una buena aclimatación previa (considerando que vienes desde el nivel del mar), los guías de alta montaña toman mínimo 4 litros de agua en condiciones normales, conocer muy bien las alergias, traer los medicamentos para dolores de cabeza muy fuertes, alimentación moderada, no consumir licor semanas previas a la excursión, protegerse del frío y viento usando tres capas de ropa y buenas botas impermeables. Prepararse físicamente antes realizando ejercicios de cardio y caminatas con peso en la mochila para ir acostumbrando el cuerpo. Cada esfuerzo que se realice previamente, ayuda más a disfrutar el recorrido.

Esta aventura me llenó de una emoción muy grande, me enseñó que la voluntad de hierro es lo que debes llevar siempre en la mochila y fortalecerla cada vez más además de actitud positiva,no acelerarse: el momento llega, tú llegas a tu paso, con tu ritmo y tu historia... luego lo recuerdas y atesoras para toda la vida. 

Como me decían ‘‘Nikki, eres de 0 a 4,900’’... Gran hazaña que me hizo creer más en mí misma, superar muchos obstáculos (sobre todo de la mente) y lograr este objetivo que me hace muy feliz y me anima a seguir en este bello camino. ¡Vamos por más pero siempre una cima a la vez!

Los páramos are lovely, dark and deep... but I have promises to keep and miles to go before I sleep...